Por la serie del Hombrecito conocimos
la obra de Silvia Castagnino.
Ya entonces el personaje como guía de una estructura (de abstracta
a figurativa y al revés) configuraba el núcleo de una
preocupación existencial que en el lenguaje plástico
neutralizaba el conflicto por el equilibrio de los opuestos, en la
armonía integrada de las formas.
Este hombrecito es un emergente de la estructura que lo contiene en
doble filo: Reconocerse ella y abrigar el deseo de trascenderla /
trascenderse. Miguel de la Cruz |
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