Castagnino en los barrios porteños
(sobre la serie Lucas 1998/99)
por Adriana Garbarino*
Varios hombrecitos, nombres de personajes en serie se
disfrazan de pintura en una versión más o menos exacta sobre
la preocupación de un álguien representado. Si solo la figuración
correspondiera a su anécdota, nada interesaría más
allá de lo que la posición, abstracción, construcción,
composición y misterio menciona como una insistente pero premeditada
repetición de un hombrecito.
La exposición de Silvia Castagnino, artista plástica
de la ciudad de General Pico, La Pampa, en la Galería Forma, de
Buenos Aires, inaugurada el pasado 5 de octubre, nos habla del simbolismo
del color posado en la estructura planimétrica.
Pero no es posible clonar un personaje al infinito-
dice el escritor santarroseño Miguel de la Cruz en su apreciación
sobre la obra de la artista- porque convengamos que una serie sobre Lucas
no es solamente una obsesión. El pintor se enfrenta a la investigación
constante de un personaje que va adquiriendo personalidad, estilo, consecuencia
de obra en marcha, conocimiento de la intención redundante. La
pintura se organiza en grandes bloques de color y planos superpuestos
para apretar el espacio.
Silvia siempre marcó a fuego la obra con un definido
pero poético trabajo de color que, acosado por formas geométricas
esta vez, no pierden el esplendor de la paleta, e irrumpen arriesgados
pero inteligentemente filtrados en la mezcla de la visión. Fondos
negros y tajantes remarcan lo que nuestro ojo seguramente ya ha seleccionado
por esa cualidad neutralizante del color ahogado e inhibido, contenido
y calculado en el repliego fetal del personaje.
Adriana Garbarino
Octubre 1998
*Profesora de Dibujo en la especialidad de Escultura.
Posgrado en el Instituto Superior de Arte La Habana Cuba
Técnico superior en Periodismo.
Master en Arte Latinoamericano
volver
|